martes, 26 de mayo de 2015


En Tijuana también hay Motel Paraíso

También tuve mi Motel Paraíso
pero jamás prendí la televisión para ver noticias
no quiero observar al presidente en la pantalla
jamás miré mi rostro en el espejo    
siempre lo usé para ver su tatuaje en dorso
parecía una estampilla ya usada.
Aquí   nosotros éramos los que se comían a besos
y nos arrancábamos la ropa
nos comíamos a mentiras.
La habitación tenía un diván tantra    rojo
como sus labios la primera vez que la conocí.
Nunca le dije que me gustaba un poema que llevaba el nombre del Motel.
En su cabello    mi boca pronunciaba versos
que eran barcos sobre el mar en su cabeza.

Yo no soy Simic   y tú no volverás a rasgar las sabanas en las nubes.

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