Jamás
aprendí a defender siempre en offside
siempre
queriendo adelantar líneas
con
esperanza de saciar esta ansiedad que aprieta mis tachones.
Así
como en el amor luché por cada balón suelto
por
cada despedida
arriesgando
el cuerpo
mi
sexo que se raspa sobre nieve.
Volé
más de tres veces y nunca te alcancé
siempre
me gustó ser el último
el
que te espera a pesar de que el juego ha terminado.
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