viernes, 28 de agosto de 2015


Ella siempre llama cuando tú me ignoras
pero Jesús siempre al margen
Jesús no entra en provocaciones.
Ella huele a durazno y se peina como yo diga
pero Jesús no quiere comer frutas
no tiene hambre.
Ella    interminable parvada de pájaros azules
no ha entendido que Jesús no tiene cielo.
Ella   medusa sin serpientes
no comprende que Jesús ya es una piedra
tallada y vuelta a tallar por los años.
Ella   terca como el cangrejo
jamás se dará por vencida.

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