Tu profesión
es dejar puertas y ventanas abiertas
para
con viento orear casa.
Las
corrientes no me gustan.
Y esos
arbotantes que te cuelgan del cuerpo
son
causa por la que soporto el frío.
Aunque
me mires así debo decirte:
eres
esa luz que olvidé apagar por la noche.
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