jueves, 18 de septiembre de 2014


En el museo observas durante largos minutos
una obra que muestra un pecho descubierto
llevas puesto el vestido que me gusta
el que deja ver tu espalda
y tus labradas piernas
unos cabellos corren por el arbotante de tus cejas.
En mi caso sólo leo los títulos de las pinturas
jamás he entendido el arte  
pero sé que cuando te cruzas de brazos es hora de partir. 



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