Recolectábamos
abejas dentro de un frasco
en
un parque que lleva por nombre un número que no recuerdo
en Chula Vista donde existimos más
mexicanos que gringos.
Subíamos
a resbaladillas inmensas
trepábamos
la rampa escaladora
como si fuera el muro que divide dos países.
Al
final del día lanzamos el pomo
para que las abejas simularan migras persiguiéndonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario