jueves, 12 de junio de 2014


Fuera del teatro un letrero con luces rojas:  Nadie pertenece a este lugar.
Por un tiempo mi ciudad fue la periferia de tu ombligo
allá por donde las cicatrices de tu operación eran puentes agrietados.
Recuerdo mi lengua sobre tu abdomen          la sensación a mar que producía
la vez que fuimos al parque y acariciaba tu entrepierna frente a los ancianos.
Evocarte me lleva a lugares recónditos     donde payasos lanzan cuchillos a patitos de hule.


No hay comentarios:

Publicar un comentario